Sobre la evolución de la pedagogía y las diferentes escuelas.

Sobre la evolución de la pedagogía y las diferentes escuelas.


A lo largo de la historia de la educación hemos podido observar varios cambios en el tipo de enfoque, en la metodología planteada para la enseñanza y en el fin de la misma. Podemos observar tres fuertes tendencias en una misma línea de evolución, la escuela tradicional, la no tradicional (incluyendo la escuela activa) y el constructivismo; cada una con sus respectivos representantes, teorías y aportes a la pedagogía.

Voy a tratar aquí, estas tres ramas, centrándome en sus aportes principales y haciendo un análisis comparativo entre ellas.

La educación tradicional se basa en un modelo academicista y tradicional, pragmático y experimental; se centra en el contenido, en una educación clásica. La educación no tradicional basa su modelo en la escuela nueva y la escuela activa, en el libre albedrio y la conciencia propia; y en el desarrollo de las habilidades del individuo. Y el constructivismo, precisamente, en la construcción del conocimiento, en un aprendizaje significativo y el desarrollo del pensamiento; en el aprendizaje como un proceso social y colaborativo. Se centra en los conocimientos.

La escuela tradicional tiene como objetivo principal el enciclopedismo, la acumulación de información, la transmisión de esta y la formación intelectual. Para la no tradicional es el desarrollo de la habilidad intelectual general que le permita al individuo acceder por sí mismo a los conceptos; el desarrollo de la disciplina intelectual; el planteamiento de problemas y la búsqueda de soluciones; el aprender a pensar. El constructivismo centra su objetivo en el aprendizaje significativo, en promover este en el individuo; en promover el desarrollo de estrategias cognitivas de exploración y de descubrimiento; en que el individuo construya su propio conocimiento.

La Educación tradicional enfatiza en los contenidos y en quien los trasmite, en el profesor; el alumno nunca figura. Los contenidos son inalterables, no cambian y se le presentan al alumno de forma contundente e incuestionable; se evalúa la memoria, la cantidad y fidelidad de la información que el alumno se aprendió y puede repetir de memoria. El método de enseñanza común es en el que el profesor expone, dicta el tema de forma magistral sin dar pie a la participación del alumno. El profesor da la clase, el alumno repite la información hasta aprenderla; se basa en una educación memorística de acumulación y memorización de conceptos. En la Educación no tradicional se hace mayor énfasis en el dialogo entre el profesor y los alumnos y entre ellos mismos; se hace también énfasis en el establecimiento de objetivos, en los cuales poder basarse para crear, realizar y evaluar el proceso de aprendizaje del alumno. En el Constructivismo se da muchísima mayor importancia a la interacción entre el alumno y el profesor, entre el alumno y sus compañeros y en cómo interactúan con los contenidos. Hace énfasis en los conocimientos, habilidades y actitudes de cada individuo, en los que ya posee y en los que puede llegar a poseer con el debido asesoramiento. Basa su metodología en la interacción social y en la colaboración para alcanzar las metas establecidas.

Los fundamentos en los que se basa la educación tradicional son: el empirismo, la escolástica, la asociación, el positivismo, el énfasis en la naturaleza, las verdades estables y permanentes, el concepto de espíritu, la mente como un tablero vacio listo para ser llenado de conceptos. Grandes representantes desde la antigüedad Sócrates, Platón, Aristóteles, Isócrates, Quintiliano, Comenio y Tomas de Aquino. Los fundamentos base de la educación no tradicional son: el idealismo, la educación como preparación para la vida, la colaboración del profesor, la estimulación de los intereses del alumno, el conocimiento a priori, el conductismo, el énfasis en el medio social, la resolución de problemas, el humanismo, el pragmatismo, la tecnificación y la eficacia. Los más notorios representantes Rousseau, Locke, Descartes, Kant, Pestalozzi, Dewey, Freire, Freinet y Montessori. El constructivismo tiene como fundamentos: el idealismo como interpretación y construcción del pensamiento, no como copia de la realidad sino como construcción; el existencialismo, el individuo como ser social y en proceso de crecimiento; las etapas universales de desarrollo cognitivo; el aprendizaje mediante el descubrimiento y mediante la interacción social, los conocimientos previos ayudan a la asimilación de los conocimientos nuevos. Sus más representativos contribuyentes Ferreiro, Piaget, Bruner y Vigostki.

Expuestas las teorías y los objetivos principales, los representantes y los fundamentos en que se basan las tres pedagogías, los siguientes son los roles que desempeñan profesor y alumno en cada uno de los enfoques.

Un profesor de la escuela tradicional es respetado y considerado como el poseedor de las verdades absolutas; es una autoridad y existe una evidente e infranqueable barrera entre este y el alumno; el profesor es el que sabe, el alumno escucha y memoriza. El profesor tradicionalista es el encargado de transmitir el conocimiento, de exponer los contenidos, normalmente en una clase magistral, apoyándose en textos y libros; llevando a cabo actividades que ayuden a los alumnos en la memorización de la información; seleccionando los temas, demostrando y presentando resultados.
Un profesor de la escuela no tradicional será quien guie y oriente al alumno en su aprendizaje, diseñando, seleccionando, implementando, presentando, proporcionando y evaluando con actividades y condiciones adecuadas para que el aprendizaje se lleve a cabo, estimulando la acción y participación del alumno y siguiendo de cerca y permanentemente el proceso de cada uno.
Un profesor construccionista es un mediador, un facilitador, un investigador; es un tutor, un guía, un apoyo para el alumno; su interacción con el alumno es mucho más activa, le ayuda en el proceso de aprendizaje, mediante el desarrollo de su potencial; diseña, desarrolla, organiza estrategias y actividades; resuelve problemas; incentiva al alumno a colaborar con su compañeros, a compartir sus saberes, a construir conocimiento.

Un alumno de la escuela tradicional es un agente pasivo; debe ser receptivo, recibir y asimilar la información; su papel es escuchar, memorizar y repetir. El profesor dirige el aprendizaje, el alumno debe por repetición, mecanización y memorización asumir para sí, los conocimientos que este dicte.
El alumno de la escuela no tradicional es un agente activo; es el protagonista de su propio aprendizaje; ejecuta y actúa. Señala problemas, da soluciones; es metódico y autónomo; esta consciente de su aprendizaje y de su participación en este.
El alumno de la escuela construccionista tiene un papel mucho más activo puesto que en esta escuela la enseñanza es reciproca, el alumno aprende y al mismo tiempo puede enseñar a otro. Está constantemente revisando, modificando, construyendo, reconstruyendo, incrementando sus conocimientos. Su interacción con el profesor o tutor y con sus compañeros es de mutua enseñanza, de socialización y colaboración; el alumno experto le enseña al novato, todos comparten sus puntos de vista, sus teorías, su construcción del entorno.

Finalmente, ¿Cómo se da el aprendizaje en cada una de estas escuelas?, una se enfoca en la acumulación de contenidos, otra en el desarrollo de habilidades y la otra en la construcción de conocimientos. ¿Cómo es el proceso del aprendizaje en cada una? ¿Cuál es el método más conveniente?

Por un lado, en la educación tradicional, tenemos la asimilación del conocimiento mediante la asociación, la repetición y la mecanización, con la memoria como elemento principal del proceso de aprendizaje; y partiendo del hecho de que la verdad del profesor es incuestionable.
Por otro, en la no tradicional, vemos un alumno que hace parte activa de su proceso de aprendizaje, con la guía de un profesor, en una metodología más autónoma y que implica mayor responsabilidad por parte del alumno.
Y por otro, en el constructivismo, observamos un aprendizaje basado en el entorno social y en la colaboración; se construye conocimiento en base a unos saberes previos y a unas habilidades pre-existentes. La relación entre alumnos, y entre alumno y profesor se basa en el apoyo, en la enseñanza reciproca, en el “tú me enseñas, yo te enseño”, en donde cualquiera puede enseñar algo a alguien y así se avanza en el proceso de aprendizaje.

A mi parecer, como seres humanos, únicos e irrepetibles que somos, la forma en que se nos instruye, la manera en la cual adquirimos conocimientos, así como los gustos que tenemos, son algo totalmente individual; hay personas a quienes una clase magistral les sirve mucho más que una caminata al aire libre para elaborar su propio proceso de adquisición de conocimientos; hay algunos que no tienen la suficiente responsabilidad para hacerse cargo de su proceso, y hay otros que no poseen habilidades sociales y les es imposible compartir con otros; hay quienes dependiendo el tema, la materia, prefieren un método u otro. Una combinación equilibrada, armoniosa y personal de las diferentes pedagogías sería en realidad la pedagogía ideal. Todo en nuestro proceso de formación como seres humanos es una evolución, así como nos demuestra la historia de la educación, en la búsqueda de una pedagogía que sirva a todos y que nos ayude a formar mejores personas; el constructivismo, la enseñanza para la comprensión o las competencias; la idea es avanzar, retomar los aportes que al parecer dan buenos resultados, desechar las teorías que parecen no funcionar muy bien y evolucionar en esta eterna búsqueda del ser humano por la perfección.

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